La visión se aprende

La ambliopía (denominada «ojo vago») se caracteriza por una agudeza visual baja (igual o menor al 60%), sin lesión aparente del ojo, y que no se puede corregir con medios ópticos. En algunos casos puede producirse una ambliopía bilateral (en los 2 ojos)..

El ojo vago, además de tener baja agudeza visual, tiene dificultad en todas las Habilidades Visuales: movimientos oculares, problemas para enfocar, la coordinación ojo-mano, el procesamiento de la información, etc., son peores que en el otro ojo. Debido a estas diferencias, los ojos no colaboran entre sí y se crea una competencia entre ellos.

Por todo esto, la ambliopía es una disfunción para recoger, procesar, analizar y responder a la información visual. Nosotros trabajamos para igual las habilidades de  ambos ojos y conseguir así la colaboración entre ellos.

Causas

El ser humano no nace con la visión desarrollada. En los primeros años de vida es cuando se adquieren todas las capacidades visuales.

Es muy importante que durante este periodo los dos ojos reciban los mismos estímulos para que adquieran un nivel óptimo que permita el desarrollo de una buena binocularidad (uso de los dos ojos al mismo tiempo).

Las causas de la ambliopía pueden ser: estrabismo, anisometropía (diferente graduación de un ojo a otro), defectos refractivos mal corregidos, enfermedades oculares (cataratas congénitas, ptosis…), otras.

TRATAMIENTO DE LA AMBLIOPÍA

En el tratamiento clásico se tapa el ojo “bueno” (parche) para intentar mejorar la agudeza visual del ojo amblíope. El inconveniente es que, al destaparlo, como no se le ha enseñado a trabajar en conjunto con el otro, el ojo amblíope puede volver a disminuir su agudeza visual.

Para nosotros es fundamental conseguir la binocularidad. El objetivo es aumentar las capacidades del ojo vago (de enfoque, agudeza visual, motilidad ocular, coordinación ojo mano, etc.) y enseñarle a trabajar en conjunto con el otro ojo.

Estudios recientes demuestran que a lo largo de la vida se siguen formando conexiones entre las neuronas. Por tanto, aunque es mejor tratar la ambliopía en la infancia, también se obtienen buenos

resultados en adultos.

La amblioPía puede ser detectada por padres y educadores con una simple prueba:

Tapar al niño uno de los ojos, observar sus reacciones y repetir la prueba ocluyendo el otro ojo.

Si el pequeño es ambliope, verá peor por uno de ellos, se quejará al taparle el ojo bueno…

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