Testimonio de paciente de Terapia Visual en Asturias

Testimonio de paciente de Terapia Visual en Asturias: J.A.G. 10 años

J.A.G. es una niña de 10 años (nació en sep-98). Desde su nacimiento hasta que fue adoptada estuvo en un centro de acogida. Fue adoptada por nosotros cuando tenía 8 meses y medio. Los profesionales que la habían atendido y cuidado durante esos primeros meses hicieron un informe que nos entregaron y que en resumen nos informaban de que J. es una niña tranquila y sonriente, con un nivel de desarrollo adecuado a su edad cronológica en visiomotricidad, audición-lenguaje y personal-social. Se encontraba en un nivel límite en el área motriz. En los dos meses previos a la adopción se le habían realizado 2 sesiones semanales individuales para potenciar la motricidad (psicoestimulacion individual).

Hasta el momento del inicio de la escolarización al cumplir los tres años, a J. se la atendió en casa por una persona dedicada en exclusiva a ella durante el horario laboral (fundamentalmente de mañana) de sus padres y con los padres el resto del horario, jugando mucho en casa, llevándola al parque, alguna vez a ludotecas…

Se la escolariza al cumplir los tres años, destacando desde el principio según nos traslada su profesora durante la etapa de educación infantil, que le resulta muy difícil por no decir imposible mantenerse sentada en clase. También le costaba mucho mantener la atención en lo que la profesora le explicaba. En cambio sí mantenía la atención cuando les leía en alto cuentos o historias…En esa etapa intentamos que se quedara durante algún tiempo en el comedor y antes de finalizar el primer mes nos avisaron que no era posible que manteviera la atención en lo que tenía en el plato, pues estaba pendiente de todo lo que ocurría a su alrededor, por lo que cuando todos acababan de comer ella aún no había empezado. Nos recomendaron que si podíamos, la dejáramos en casa comiendo. También tenían que llevarla de la mano para evitar que se despistara y se perdiera cuando hacían alguna salida fuera del colegio, a visitas escolares.

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En esa etapa de educación infantil la Logopeda del colego tras hacer una valoración individual de cada niño, le inicia sesiones individuales de estimulación de motricidad de boca, lengua y labios, pues presenta una clara hipotonía de labios y lengua. Los ejercicios que le enseñaba y hacía en el colegio la Logopeda nos los enseñaba también a sus padres y se los hacíamos repetir diariamente en casa varias veces al día. Estuvo 1 año con dicha estimulación, mejorando notablemente.

Al acabar la etapa de educación infantil no había aún conseguido aprender las letras (que parece ser es un objetivo a conseguir en esa etapa). Tampoco había aprendido por tanto a silabear, ni leer palabras sencilla. La profesora que tuvo en ese periodo nos explicó dicha dificultad pero también nos dijo que su experiencia le decía que no todos los niños tenían un desarrollo neurólógico similar y que en el caso de J. tenía claro que podía aprender porque sí aprendía lo que se le contaba en alto, como los cuentos (memoria auditiva), pero que aún no era capaz de identificar las letras. También nos advirtió de que estaba pendiente de todo lo que ocurría a su alrededor, lo que le difieultaba mucho mantener la atención en lo que podía estar haciendo ella, como viendo un cuento o haciendo un puzzle… Nos insistió en que hiciéramos cosas con ella que le obligaran a mantener la atención puesta en ellas: juegos específicos de estimulación de la atención: mémoris de distintos tipos, el juego de Simón….

Al iniciar la etapa de primaria, como estábamos advertidos de la falta de conocimiento de las letras, desde el principio estuvimos muy pendientes y como no mejoraba con las horas en clase, al mes de inicio del curso escolar hablamos con la profesora del colegio y no supo orientarnos, por lo que buscamos un centro donde pudieran enseñarla con técnicas adecuadas a aprender a leer (Centro de logopedia LOGOS en Aviles). En la primera valoración en dicho centro, la pedagoga y logopeda titular del mismo que la valoró, entre otras cosas ya nos informó que tenía una Percepción visual muy inferior a la necesaria para aprender a leer. No obstante sí pensaba que podían ayudarle con las técnicas que usaban habitualmente en sorderas, autismos, dislexias, disfasias… e iniciaron dicha enseñanza que se mantuvo en torno a 3 años con 3 sesiones individuales semanales los dos primeros años y dos sesiones individuales en el último año. Cada año se la evaluaba la mejora conseguida y la persona titular de dicho centro al cumplir dos años nos dice que aprende muy bien a leer y comprensivamente pero que la percepción visual, con los test le practica, la sigue manteniendo muy baja, por lo que nos informa de la necesidad de que investiguemos en el ámbito neurológico, o bien oftalmológico, cómo se puede estimular dicha función visual.

Tras una muy dificultosa búsqueda de información a distintos niveles (médicos psicólogos, pedagogos…) de dicha posibilidad de estimulación, nos acabaron orientando a una técnica usada por OPTOMETRISTAS COMPORTAMENTALES para la mejora de la función visual global, lo que conlleva una mejora del aprendizaje y en junio de 2006 nos dieron cita en un centro de Optometría Comportamental existente en Madrid, concretamente en Pozuelo de Alarcón, donde tras una exhaustiva evaluación durante una jornada completa (de 9 a 15 horas) de sus habilidades motrices y visuales, una semana después se realiza un informe completo con el estado de función neurológica global (sensibilidad propioceptiva, táctil, motriz, de equilibrio, de integración de reflejos primitivos, y sobre todo de función visual, detectados en la evaluación hecha) proponiéndonos un programa de abordaje global de los déficits programándole un día de terapia en la semana para dicho abordaje global, además de enseñarnos a sus padres técnicas para que día a día se hicieran con J. en casa. Cada semana se revisaba el avance del estado funcional global conseguido con los ejercicios realizados y se mantenían o cambiaban según hubiera integrado la niña las distintas facciones objeto de mejora.

La primera técnica que se usó de terapia durante el mes de vacaciones de J. fue FOTOTERAPIA OPTOMÉTRICA SYNTONICS, que consiste en estimulación con un cañón de luz, que la emite en distintas frecuencias, programándole 20 sesiones seguidas de 10 minutos al día, con gafas de colores que dejaban filtrar la luz. Con dicha técnica hubo una importante mejora en la atención a la hora de sentarse a leer: dejó de costarle atender al sentarse con libros o cuadernos.

En septiembre del año 2006 se iniciaron con J las sesiones de terapia individual semanal de 45 minutos, que se prolongaron hasta septiembre del año 2007. Íbamos todas las semanas a Madrid con J. La mejora en el rendimiento escolar fue muy importante y sobre todo había un cambio en J, que era el interés por la mejora y el aprendizaje, que iba en aumento: ya se sentaba a estudiar y leer sin costarle, fue poco a poco mejorando la memoria visual y reteniendo los datos que leía, mejorando la lectura, ya no se pierde casi de línea y confunde muchas menos letras y palabras…

Desde septiembre de 2007, teniendo conocimiento de que se ha abierto un centro que ha iniciado dicha técnica para la mejora del aprendizaje de la función visual en Gijón, J. es valorada por la persona titular del centro, y como aún existen muchas posibilidades y oportunidades de mejora, se iniciaron sesiones individuales, dos semanales en este Centro de Optometría VISUALIA pero ya en Gijón: esto supuso un gran avance pues la niña no llegaba tan cansada a hacer los ejercicios como llegaba a Madrid tras una semana de clases y 5 horas de viaje.