Éxito de la terapia visual para tratar el estrabismo

Ya he comentado en otras ocasiones cuanto me gusta mi trabajo, la satisfacción de poder ayudar a un paciente a que mejore su rendimiento en el cole, a que no le duela la cabeza, a que deje ver doble…

Hay casos en los que el cambio es enorme, pero también es cierto que no en todos los casos el resultado es igual de bueno pero, como digo siempre, por lo menos lo intentamos y, a ver hasta donde llegamos.

Uno de esos casos difíciles, de esos en los que cruzas los dedos, (paciente con estrabismo importante, llega viendo doble después de tratamiento con parche) ha resultado ser uno de nuestros mayores éxitos por dos motivos, el primero porque conseguimos, con mucho esfuerzo, tanto por nuestra parte como por la suya, (sobre todo por la suya) que dejase de ver doble y segundo, porque conseguimos contagiarle nuestra pasión por la optometría, y esto, no os podéis ni imaginar la ilusión que me hace.

Mejor os lo cuenta ella.

 

ANGELA PINTOR

Cuando tenía apenas 7 años, en una revisión oftalmológica me detectaron ojo vago, ambliopía. La solución en estos casos, el tratamiento por excelencia, es poner un parche en el ojo bueno para poder ejercitar el malo; en mi caso aparte de no funcionar, me produjo un estrabismo bastante grande. Aparte de tener un aspecto físico que me acomplejo durante muchos años tuve la mala suerte de ver doble durante mucho tiempo.

Debido a la situación me costaba mucho leer, concentrarme, coger cosas nadar e incluso realizar los deportes que hacía en ese entonces. Mi madre estaba muy preocupada por las limitaciones que eso suponía. En la óptica donde íbamos nos hablaron de Visualia y ahí fue cuando conocí a las chicas de Visualia. Comencé a hacer terapia visual a los 8 años y, con mucha paciencia y cariño conseguí recuperar el 100% de mi visión en el ojo malo. Aunque lo que más me frustraba era el tema de la visión doble y el estrabismo, fue lo más duro de trabajar y quise abandonar varias veces, pero, tanto mis padres como Nansy y Silvia siempre me animaban a seguir y, sí, después de mucho esfuerzo he conseguido controlar mi visión y llevo casi 5 años viendo bien constantemente, sin ver doble, ya que al principio dependiendo del día y las distancias mi ojo se desconectaba. Estoy muy orgullosa de todo mi esfuerzo, pero, sobre todo, muy agradecida por animarme siempre a seguir adelante, sin ellas no lo habría conseguido.

Toda mi infancia y adolescencia viví entre gafas, lentillas y terapia, cuando terminé bachillerato me propuse estudiar óptica y optometría para entender todo lo que había estado trabajando durante todos esos años y ha sido la mejor decisión que he tomado. Ahora me quedan apenas 4 meses de carrera y estoy haciendo las prácticas en Visualia, que ilusión me hace estar en la otra parte de la mesa pudiendo ayudar a otros niños que han pasado por lo mismo que pase yo.

Gracias por hacer que me dedique a una de las profesiones más bonitas que hay.

 

En la foto de cabecera está Ángela junto con el resto del equipo de personas que trabajamos en Visualia.